Sunday, January 16, 2011

@ Vuelo LUH 1180 - BCN to MUC

Volar en Lufthansa creo que fue el mejor acierto de mi viaje (Transcendencia #2). Creo que la pondré arriba de Virgin America por el simple hecho que bebes booze y cerveza alemana ¡gratis! Me importa poco el trato al cliente, el tipo de avión o las demoras. Es primordial que te sirvan un buen trago sin cobrarte un solo centavo para poder idealizar el porvenir, leer y caer victima de la escritura.

Volví a leer mi novela-biblia-like rusa, a re-encontrarme con los Karamazov y el gran logro literario de la novela dostoevskyiana. Toda esta lectura me ha hecho volver a mis conclusiones de mi viaje, Transcendencia Deux. Nada del otro mundo simple y sencillamente he puesto en el horizonte un mejoramiento de operaciones que irán leyendo en el Diario de lo Irremediablemente Cotidiano. Es tan satisfactorio viajar, deambular y pensar y concluir que mi vida va a full, que la sigo rompiendo pese estar todavía en el rollo del Der Vorgang (lease este blog). Tendré por menores cotidianos porque estoy integrado a la sociedad, toca porque sin la oficina portátil tendría algo difícil (mais n’est pas impossible) gastarme el cuerpo, mente y espíritu tal y como vengo haciendo desde hace tiempo. Sin embargo (de un However pragmático) saber que el gran experimento funciona es hasta ahora mi gran merito. ¡No se permiten aplausos con que yo sepa es más que suficiente! Quien ose reprochar mi método será desmantelado con mi silencio. Por esta misma razón no acepto/aceptare criticas de nadie y menos de personas talentosas ahogadas en su malogro. Agréguese al miembro de la familia cuya opinión, prejuicio e envidia será nulificada por las leyes del nihilismo (ósea que no tendrá ningún valor y por lo tanto no existirá respuesta aunque ellos piensen lo contrario).

Este vuelo aterriza pronto, atizo las últimas letras y punto y aparte. Me comprometo a seguir esmerándome a transcender así sea sin avión.

Salas de espera y puertas de abordaje @ El Prat (BCN) Sala B

Alguna vez de niño me fascinaron las terminales de autobuses, el ir y venir de los viajeros por las salas de la Terminal del Norte, los ómnibus estacionados por orden a sus respectivos nombres. Los diferentes destinos a la republica mezzicana, y yo siempre viajando a donde mismo. Aun así me fascinaba poder treparme al ómnibus y sentir el viaje hacia aquel mismo lugar que mi madre nos llevaba. En aquel entonces no sabía nada de aviones, los veía cruzar el cielo con desinterés no por su imposibilidad sino porque lo mío eran las terminales de ómnibus. Ahora me ocurre lo mismo en los aeropuertos claro, soy una persona adulta y no puedo tener los fanatismos de cuando chico. Gozo de un par de excentricidades que me lleva a experimentar los aeropuertos de una manera extraordinaria. Además declaro aquí entre nos que viajar sin mi mama y mi hermano resulto ser exitoso. Se me viene el recuerdo la última vez que viaje con ellos, la intransigencia de mi madre versus la rebeldía vengadora de mi juventud, gano mi mama como siempre pero el tiempo no puso a cada quien en su lugar. Fue fácil heredar el modelo de la libertad de mi madre claro ser hombre ayudo pero también fue necesario adquirir características de anglosajon, métodos existencialista fraco-aleman; y claro poder haber ampliado el vale-madrismo chilango que a muchos les da miedo emplear para triunfar de alguna manera u otra. Solamente así podría llevar la visión de mi madre a mas de 38 mil pies de altura y hacerlo transcontinental. Me Salí fuera de contexto practicar no te hace perfecto

@ El Prat (BCN )Sala B

No he tomado café. Mi americano yace sobre la mesa humeando como un volcán el maldito. Despilfarrarlo por un descuido sería catastrófico para mis blue-jeans europeos made in Bangladesh. Estoy sentado en la sala B esperando mi primer vuelo a Munich. Vuelvo hacer escala en Alemania con tanto que me maravilla esta gente. No quedamos bien después de haber pagado 8 euros por una hora de WiFi. Del MUC un Airbus 380 se encargara de llevarme a Chicago y luego a LAX… y después queda por descubrirse en donde termino ¡póngale ojo pues!

Entre en la espera en el aeropuerto, la faceta del viaje que más me gusta e intriga dependiendo que tan cafeínado o embriagado este. Abandonadas quedaron las Carrers por donde anduve, sitios que frecuenté, y gente con quien intercambie opiniones. No serán más parte de mi realidad. Olvidare mayor parte de mi viaje porque siempre dispongo de nuevas experiencias. Caos, crisis… y otro acto de liberación del ser mediante una transcendencia nueva. Tengo una extraordinaria habilidad de olvidar cosas por eso Barcelona se mantendrá virgen, una ciudad sin haber visitado porque si me preguntas que lugares visite difícilmente podre explicar cuáles. Solo cuando visite sus Carrers otra vez (que en realidad espero que nunca) volveré a extraviarme y recordar entonces mediante el eco de mis pasos que he dejado. Es una bendición no tener memoria de elefante porque así puedes gozar las cosas una y otra vez como si fuera la primera vez, pero más importante el ser olvidadizo permite saber perdonar.