Sunday, January 16, 2011

@ El Prat (BCN )Sala B

No he tomado café. Mi americano yace sobre la mesa humeando como un volcán el maldito. Despilfarrarlo por un descuido sería catastrófico para mis blue-jeans europeos made in Bangladesh. Estoy sentado en la sala B esperando mi primer vuelo a Munich. Vuelvo hacer escala en Alemania con tanto que me maravilla esta gente. No quedamos bien después de haber pagado 8 euros por una hora de WiFi. Del MUC un Airbus 380 se encargara de llevarme a Chicago y luego a LAX… y después queda por descubrirse en donde termino ¡póngale ojo pues!

Entre en la espera en el aeropuerto, la faceta del viaje que más me gusta e intriga dependiendo que tan cafeínado o embriagado este. Abandonadas quedaron las Carrers por donde anduve, sitios que frecuenté, y gente con quien intercambie opiniones. No serán más parte de mi realidad. Olvidare mayor parte de mi viaje porque siempre dispongo de nuevas experiencias. Caos, crisis… y otro acto de liberación del ser mediante una transcendencia nueva. Tengo una extraordinaria habilidad de olvidar cosas por eso Barcelona se mantendrá virgen, una ciudad sin haber visitado porque si me preguntas que lugares visite difícilmente podre explicar cuáles. Solo cuando visite sus Carrers otra vez (que en realidad espero que nunca) volveré a extraviarme y recordar entonces mediante el eco de mis pasos que he dejado. Es una bendición no tener memoria de elefante porque así puedes gozar las cosas una y otra vez como si fuera la primera vez, pero más importante el ser olvidadizo permite saber perdonar.

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