Thursday, January 13, 2011

@Travelers Bar muy cerca de la Rambla

Inicie mi viaje de nueva cuenta. Terminados los pasos y conquistado los fríos, el nuevo amanecer anuncia el comienzo del retorno, el mismo fin de mis viajes sin propósito o dirección.  Llegué, deambulé, pensé y me fui.  El sendero del último trayecto aparece ante mí. Sonrió ante la magnífica obra de mi viaje Frequent Flyer. El hat-trick, balón de lata, el pichichi de indecisiones; el gran triunfo de haberle roto la madre a la rutina, haber hecho del tiempo un artefacto sin días y horas.  Solo me intereso saber las fechas de mis Conference Calls y por supuesto el destino de mi regreso a casa. Muy pronto! El gran logro de siempre,  seguir librando la batalla… saber que soy parte de la esclavitud pero que no soy un esclavo más. Mis secretos los conoce el mundo entero. Mis amigos selectos saben cómo me las gasto, y los desahuciados envidiosos conocen mis contradicciones. Y pese a tener el libro abierto y el método en el internet nadie osa atreverse… es fácil idealizar el viaje pero tan difícil comprar el billete de avión o autobús. Ni habiendo burros voladores la gente se aventuraría a ver otras culturas, a ser tratado diferente, a comer algo distinto… Peor hayarse solo en una ciudad donde nadie te conoce o quieren conocerte. Y ahora con la televisión de alta definición y el iPhone es muy difícil. Mas aparte habra mas de uno que confunda las vacaciones con el viaje.

Reconozco el hecho de que todavía hay más mucho más. Mi error de siempre es querer volver donde ya estuve. Considero que sufro de una falla de origen cuando veo las posibilidades del viaje. Me gustaría poder hacer juicio y prohibirme rotundamente caer víctima del eterno regreso. Viajar a otras partes que requieran gran uso de mis sentidos. Sé que podría hacer ese cambio porque soy rígido conmigo mismo, peco de insatisfecho y permanezco en búsqueda constante.


Termino mi vermut en las rocas, ya me dio hambre otra vez. Mi cabeza termina de idealizar mi eterno retorno SoCal aunque antes tendre otra escala para sacarme este frio de mi piel, y volver a poner el arroz a cocer.