Wednesday, December 29, 2010

El retorno a LAX


Había llegado el momento de regresar a LAX. Estaba acá otra vez sentado tirándome una cerveza bien fría. Lo volví hacer. No me importa mucho. Soy un monosílabo. Cuando trato explicar mi necesidad de viajar. Simplemente siento esa urgencia y me aviento. A veces pienso que mis viaje un intento en vano para morir de la mejor manera posible. El sentirse dentro del aeropuerto, adentrarse dentro de la oruga, encontrar la puerta del avión abierta de par en par, las sonrisas de bienvenida, buscar el asiento 30-J, guardar el equipaje de mano, y colocarse los headphone Bose Qc-15. Y cuando todos estuviesen sentados, el take off y volver a sentir la ingravidez del sueño Stereo. El retorno al cielo; volver a mirar todo chiquito, dejar todo atrás. Salir por la misma puerta del avión y encontrarse con algo nuevo. Magico los vuelos intercontinentales. La rutina se podía vencer bastaban diez minutos de ansiedad, el travel bug… consultar el saldo de mi cuenta de Frequent Flyer, hacer un par de llamadas, esperar pacientemente, explorar variantes siempre tener la actitud del let’s do it”. Apuntar el número de confirmación del vuelo, guardarse el secreto y alimentar la emoción de poder largarse una vez mas. A estas alturas ya no hacia mis sueños realidad simplemente hacia uso de mi perspicacia, insensatez y por supuesto de mis kilómetros de mi cuenta de Frequent Flyer.


Mi regreso a LAX era por tres razones y una cuarta razón que debía encontrar con mi encuentro con la Darling. Mítica Bicha de malditas y devoradoras tendencias, a quien consideraba una de las más fieles desatinadas. Ser bipolar, insensato pero benévolo, con quien solia viajar a lugares y con quien siempre encontraba algo que no debía haber encontrado.

Acá estaba en el LAX esperando el vuelo LH457 con destinación el aeropuerto de Frankfurt, Germany… no Connecticut si serás wevon!

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