
La cabina se alborota con el duty free y las necesidades de los estómagos. Unos duermen o tratan porque dudo que se pueda dormir en economy class. De algo estoy casi seguro todo se puede en economy class menos dormir.
Mi madre siempre me dijo que le hubiera gustado ser aeromoza. Me lo decía cada vez que viajábamos. Con el tiempo esta querella fue traducida a lo siguiente, “¿porque naciste y porque chingados me case?” Ahora con tantas horas de viajes no sé si mi madre hubiera podido ser azafata. Por lo general son lesbianas, cougarish looking y despliegan una infelicidad que hasta da miedo. Las únicas raras son las lolitas que Ryanair tiene en su flotilla, y que son unas boludas. A mí en lo particular no son de mi agrado. Eso de servir al cliente en espacios cerrados solo puede ser llevado a base de hipocresía. Sonríe, dale y después mentare la madre. Simpatizaba con ellas, sin embargo, por el hecho de que trabaje en restaurante por nueve años y me amargo el simple hecho de ver a los clientes comer y beber a full mientras yo les serbia. Motivo principal para huir de ese pueblo, cursar estudios universitarios, realizar sueños contra corriente; el tiempo paso y me puso en mi lugar y mírame ahora tirándomela de cliente. Buena suerte, bendición, esfuerzo… esmero, voluntad, visión… les cuento.
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