Thursday, December 30, 2010

En el vuelo LH457 – Primera confirmación de que si soy un pasajero

Acá estaba sentado en la fila 30. Catafixie mi asiento 30J por el 30I, “I” de Ivnh pero mejor aun me tocaba el pasillo y tenia la libertad de mover mis codos con comodidad mejor todavía tendría la oportunidad de escribir mi blog, este que estais leyendo wevon!

Hasta ahora las frequent flyer kilometers funcionaban, conseguido el billete de avión el viaje estaba hecho salvo el avión no se callera y todos muriéramos. He cultivado mi conocimiento con los buenos libros, clásicos de la literatura, amistades con poetas, y enemistades con intelectuales de cafetería, pero debo confesar que me muevo a veces por el mundo como un vil ignorante.  ¡Esto que llaman los gringos tan sutilmente  como el “benefit of the doubt”, pues!  Digamos que hay una inocencia de niño entre medio. Una necesidad de no saber más de lo debido para no estropearía el factor sorpresa. Por esta misma razón no sabía bien el canjeo de kilómetros por billetes de avión funcionaria. Por eso cuando me ofrecieron el snack de rigor y que beber, tuve la sospecha que era igual que los demás pasajeros. Me atreví a pedir mi acostumbrado vino tinto listo con tarjeta de crédito para no despejar dudas de que era un pasajero con billete de avión gratis. ¡Tan pendejo a veces llego ser, I swear! Para mi sorpresa mi pedido encontró una sonrisa de la aeromoza teutona (alemana pues) ¡y voila cabron! un vasito de plástico con la sangre de los dioses del Olympio en frente de moi, myself y toda la bola de monstruos que viajan de a gratis conmigo. Mi puño izquierdo sudaba la tarjeta de crédito, la guarde y bebí y me dije a mi mismo con una sonrisa de pillos, ¡salucita hijos del mais!

No comments:

Post a Comment